Mientras la industria de bebidas lucha por desvincular su crecimiento del impacto ambiental en medio de los esfuerzos globales de descarbonización, el aluminio se ha convertido en una solución clave gracias a su tasa de reciclaje global del 70 % y su reciclabilidad infinita sin pérdida de calidad. En la Semana del Clima de Nueva York 2025, el sector se fijó el ambicioso objetivo de impulsar el reciclaje global de lata a lata del 33 % al 62 %, un objetivo fundamental para la estrategia de envases sostenibles de HEINEKEN, ya que el gigante cervecero aborda el papel de los envases como su mayor fuente de emisiones de carbono de Alcance 3.

Lanzada en 2024, la estrategia de circularidad de HEINEKEN se centra en tres pilares: ampliar los envases reutilizables, maximizar el contenido reciclado y garantizar la reciclabilidad desde el diseño. La compañía aspira a alcanzar ambiciosos objetivos para 2030: un 43 % del volumen en formatos reutilizables, un 50 % de contenido reciclado en botellas y latas, y un 99 % de envases reciclables. Alexander Cramwinckel, responsable global de Circularidad de HEINEKEN, destacó el papel crucial del aluminio: «Su infinita reciclabilidad lo hace especialmente adecuado para los sistemas de circuito cerrado que necesitamos construir, reimaginando nuestro enfoque integral de la cadena de valor para los envases».

Para alcanzar el objetivo del 50 % de contenido reciclado en latas, HEINEKEN colabora con sus proveedores para optimizar los sistemas de reciclaje de lata a lata, priorizando flujos de latas segregadas de alta calidad y promoviendo una legislación de responsabilidad extendida del productor que apoye el reciclaje de ciclo cerrado frente al inverso. La participación del consumidor sigue siendo fundamental, y los datos de Kantar de 2025 destacan las barreras psicológicas y prácticas para el reciclaje. Estos desafíos HEINEKEN los aborda simplificando las devoluciones, inspirándose en los sistemas de depósito y devolución de Dinamarca (tasa de devolución del 93 % en 2024) y Rumanía (tasa del 78 %, frente al 35 % en dos años), que impulsan una participación constante.

La innovación tecnológica es otro pilar de la estrategia de HEINEKEN, con inversiones en tecnologías avanzadas de clasificación como la Espectroscopia de Descomposición Inducida por Láser y sistemas basados ​​en IA para separar con precisión las aleaciones de aluminio, liberando material reciclable incluso de los residuos municipales sin clasificar. «La inversión en tecnología es fundamental para alcanzar los objetivos de reciclaje de la industria», señaló Cramwinckel, añadiendo que el aluminio reciclado reduce el consumo de energía en un 95 % en comparación con la producción primaria, lo que genera beneficios económicos y ambientales.

La visión de HEINEKEN se centra en transformar los envases de bebidas mediante un enfoque circular holístico, con el aluminio como eje central. «El futuro de los envases de bebidas sostenibles es circular, y las latas de aluminio pueden marcar la pauta», afirmó Cramwinckel. «Mediante inversiones en tecnología, políticas de apoyo y sistemas centrados en el consumidor, podemos construir la infraestructura de circuito cerrado que define el futuro de cero emisiones netas de la industria».